En la actualidad es fundamental saber qué poner en un sello de empresa para que los datos reflejados en el mismo sean los justos y necesarios. Porque sí, el sello sigue siendo tan importante hoy en día como lo era hace unas décadas, ya que puede ayudar a aligerar mucho el trabajo cuando la empresa debe firmar un número importante de documentos.
Por qué es necesario tener un sello de empresa
Hoy por hoy todas y cada una de las operaciones que se llevan a cabo en la empresa quedan debidamente registradas, con independencia de a qué departamento afecten. Esto da lugar a documentos como facturas, notas de entrega, albaranes, presupuestos, etc.
Para poder acreditar que la información consignada en la documentación es verdadera y procede de una determinada entidad, contamos con el sello de empresa. Porque cualquiera puede elaborar un documento en un procesador de textos con los datos de un negocio y decir que proviene del mismo.
Por el contrario, el sello es algo único y exclusivo de cada negocio. La firma y sello de la empresa acrediten que el documento ha sido expedido realmente por la misma.
Qué debe poner en un sello de empresa
Dado que el sello sirve para firmar y aportar veracidad a los documentos, los datos necesarios de una empresa que deben constar en el mismo son aquellos que permitan identificarla de forma fidedigna.
En primer lugar debe constar la razón social de la empresa, seguida del CIF y la dirección fiscal o social (según corresponda). En el caso de los autónomos debe constar el nombre completo del profesional, su NIF y su dirección fiscal.
Este es el contenido mínimo, pero si se desea también se pueden añadir datos de contacto como el teléfono, una dirección de correo electrónico o la página web.
A la hora de decidir qué poner en un sello profesional debemos tener muy en cuenta el uso que le vamos a dar. Legalmente no existe una regulación sobre los datos mínimos que han de constar, pero bastará con aplicar la lógica.
Por ejemplo, el logotipo se puede añadir, pero dado que hay otros datos mucho más importantes (como el CIF), solo lo pondremos si queda espacio suficiente en la superficie del sello. Porque esta es otra cuestión a tener en cuenta. A la hora de elegir qué poner en un sello de empresa es imprescindible asegurarse de que el resultado final sea legible, y para eso es necesario no abusar del texto. Además, también hay que elegir bien tanto la tipografía como el tamaño de las letras.
El resultado debe ser que después de poner cada sello la persona que recibe el documento tenga a mano los datos básicos de la empresa y que además pueda leerlos y entenderlos sin ninguna dificultad.
Un sello bien elaborado no solo agiliza los trámites administrativos, sino que además influye en la percepción que reciben los terceros de tu empresa. Por eso, lo mejor a la hora de hacer uno es confiar en profesionales.
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